Tras seis años de espera, Microsoft acaba de anunciar una nueva versión de Windows, ( Windows 11) , la cual presenta un diseño renovado y una apuesta por las funciones multitarea y estaría disponible a final de año
Windows 11 quiere parecer distinto a Windows 10, y para lograrlo Microsoft ha introducido una serie de cambios visuales que afectan especialmente a su renovado menú de inicio.
Ese menú, que desde hace años se ha situado por defecto en la esquina inferior izquierda del escritorio, cambia de posición y de formato.
Tanto el botón de inicio con el logo de Windows como los accesos a las principales aplicaciones que “anclamos” a la barra de tareas están situados en la parte central de la pantalla, algo que recuerda a la posición del Dock de macOS y que desde luego supone un cambio radical en el sistema operativo de Microsoft.
Si esa opción no nos gusta no pasa nada: podremos cambiar esa posición pulsando con el botón derecho del ratón en la barra de tareas, lo que nos permitirá acceder a su configuración. En esa configuración tenemos una opción para colocar el menú de inicio y los iconos de las aplicaciones ancladas en la parte inferior izquierda de nuestro escritorio, como siempre.
No solo eso: al hacer clic en ese botón de inicio el menú de inicio que se despliega es también diferente. En primer lugar “no está pegado” a la barra de tareas”, sino que “flota” sobre el escritorio. En segundo, las esquinas de esa ventana emergente no forman ángulos de 90°, sino que son esquinas redondeadas. En tercero, decimos adiós a las baldosas animadas que nos habían acompañado desde Windows 8, lanzado en octubre de 2012.
En lugar de esas baldosas Microsoft ha decidido ocupar ese menú con dos áreas diferenciadas. En la superior encontramos iconos que son lanzadores de las aplicaciones más recientes. En la inferior encontramos accesos directos a documentos y archivos a los que hemos accedido y que el sistema cree que nos puede venir bien tener ahí.
La iconografía cambia de forma notable también, y como ya se vio en la filtración del sistema operativo existen nuevos iconos tanto para el propio logo de Windows (ahora sin perspectiva, pero con las esquinas exteriores redondeadas) como para iconos de aplicaciones o iconos de carpetas importantes como Documentos, Descargas o Imágenes.
El funcionamiento del menú de inicio, eso sí, hereda el comportamiento del buscador integrado de Windows 10: aunque la barra de búsqueda no aparece en primer término en ese menú, en cuanto empezamos a escribir algo con ese menú abierto se irán ofreciendo sugerencias que permiten lanzar aplicaciones o realizar búsquedas de forma inmediata.