REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
El objetivo de las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud es ayudar a los países a prevenir y controlar mejor el cáncer cervicouterino, que es una de las formas más mortíferas de cáncer para las mujeres del mundo entero, pero también una de las más fáciles de prevenir. El cáncer cervicouterino provoca todos los años más de 270 000 defunciones, el 85% de ellas en países en desarrollo.
La nueva versión de la guía Control integral del cáncer cervicouterino – Guía de prácticas esenciales se presentará el 3 de diciembre de 2014 en la Cumbre Mundial del Cáncer, en Melbourne (Australia).
Las principales directrices de la nueva guía son:
Administrar a las niñas, entre los 9 y los 13 años, dos dosis de la vacuna contra los papilomavirus humanos (PVH) para prevenir la infección por estos virus causantes del cáncer cervicouterino en la mayoría de los casos. Se ha demostrado que la pauta de dos dosis de la vacuna resulta igual de eficaz que la actual de tres. Este cambio facilitará la administración de la vacuna. También reducirá el costo de esta, que es especialmente elevado para los países de ingresos bajos y medianos, en los que los presupuestos nacionales de salud son limitados, pero la necesidad de una vacuna contra los PVH, muy grande. Hoy en día las niñas de más de 55 países están protegidas gracias a la administración sistemática de la vacuna contra los PVH. Resulta alentador que cada vez más países de ingresos bajos y medianos estén introduciendo la vacuna contra los PVH en el calendario de vacunación sistemática, con el apoyo de la Alianza GAVI.
Utilizar las pruebas de detección de PVH como método de cribado para prevenir el cáncer cervicouterino. Con las pruebas de detección de PVH, la frecuencia del cribado disminuirá. Si el resultado de la prueba de detección de PVH es negativo, la mujer no tendrá que someterse de nuevo a la prueba al menos durante cinco años, aunque sí deberá repetirla antes de que transcurran diez años. Teniendo en cuenta el costo de otros tipos de pruebas, este método supondrá un importante ahorro para los sistemas de salud.
Difundir información de forma más amplia. La guía recomienda que, en lugar de centrar la atención en promover la realización de pruebas de cribado a las mujeres mayores de 29 años, se establezca una comunicación con un público más amplio: adolescentes, padres, educadores, líderes y profesionales de la salud a todos los niveles, de modo que las mujeres reciban información en todas las etapas de su vida.
La Dra. Nathalie Broute, experta de la OMS en prevención y control del cáncer cervicouterino, ha afirmado que «las directrices actualizadas de la OMS sobre el cáncer cervicouterino pueden salvar la vida de niñas y mujeres del mundo entero. No existen fórmulas mágicas, pero si se combinan instrumentos más eficaces y asequibles para prevenir y tratar el cáncer cervicouterino será más fácil aliviar la presión que supone la enfermedad para los limitados presupuestos sanitarios, sobre todo de los países de ingresos bajos, y se contribuirá de forma importante a la eliminación del cáncer cervicouterino».
Se calcula que al menos un millón de mujeres del mundo entero padecen cáncer cervicouterino, y muchas de ellas no tienen acceso a servicios de salud que las orienten sobre las medidas de prevención y les ofrezcan tratamientos curativos o paliativos.
Combatir las desigualdades
En los últimos 30 años las tasas de cáncer cervicouterino han disminuido considerablemente en gran parte del mundo desarrollado, sobre todo gracias a los programas de cribado y tratamiento. Sin embargo, durante el mismo periodo, esas tasas han aumentado o se han mantenido en los mismos niveles en los países en desarrollo, por lo general debido al acceso limitado a servicios de salud, a la falta de concienciación o a la ausencia de programas de cribado y tratamiento. Las mujeres más pobres y de las zonas rurales de los países desarrollados corren mayor riesgo de padecer cáncer cervicouterino invasivo.
En la nueva guía se destaca la importancia de tratar el tema de la discriminación por motivos de género y otras situaciones de desigualdad en relación con otros factores sociales (como recursos económicos, clase social, educación, religión y etnia) a la hora de diseñar políticas y programas de salud.
Según la Dra. Marleen Temmerman, Directora del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas, «si no abordamos el problema de la desigualdad de género y garantizamos a las mujeres el derecho a la salud, no dejará de crecer el número de mujeres que mueren a causa del cáncer cervicouterino».
Nota del editor: Acerca de esta guía
La nueva guía de la OMS proporciona a los gobiernos y los proveedores de atención sanitaria un enfoque amplio con respecto al control y la prevención del cáncer cervicouterino. También conocida como el “Libro Rosa”, la guía pone de relieve los últimos avances en cuanto a tecnologías y estrategias para mejorar el acceso de la mujer a los servicios de salud dedicados a la prevención y el control del cáncer cervicouterino.
Asimismo, en la guía se indican los momentos y las edades clave en la vida de una mujer en que se pueden aplicar las medidas de control y prevención del cáncer cervicouterino:
- Prevención primaria: vacunación contra los PVH de las niñas entre los 9 y los 13 años; el objetivo es que las niñas reciban la vacuna antes de que sean sexualmente activas.
- Prevención secundaria: acceso de las mujeres a partir de los 30 años a los medios tecnológicos disponibles, como la inspección visual del cuello del útero tras la aplicación de ácido acético o las pruebas de detección de PVH como método de cribado, y posteriormente al tratamiento de las lesiones precancerosas detectadas, que pueden acabar convirtiéndose en un cáncer cervicouterino.
- Prevención terciaria: acceso de las mujeres de todas las edades al tratamiento y el manejo del cáncer, incluidas la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia.
- Cuando el tratamiento curativo ya no es una opción, el acceso a tratamiento paliativo es crucial.
Hacen falta toda una serie de servicios y programas de salud para llevar a la práctica los diversos elementos relacionados con estas recomendaciones. En la guía se destaca la importancia de la colaboración entre los diversos sectores, los distintos programas de salud y los profesionales que trabajan en los servicios de salud a todos los niveles para que la prevención del cáncer cervicouterino tenga éxito.
También se muestra cómo integrar las medidas de prevención y control del cáncer cervicouterino en los sistemas de prestación de atención sanitaria, como los de planificación de la familia, atención durante el puerperio y VIH/sida. Por ejemplo, al vacunar a las adolescentes se tiene la posibilidad de proporcionarles información adicional sobre temas de salud, educación sexual y asesoramiento sobre modos de vida saludables.
Oportunidad de mejorar la salud de la mujer a nivel mundial: La ejecución de programas de prevención y control del cáncer cervicouterino respalda la Estrategia Mundial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Salud de las Mujeres y los Niños, de 2010. Asimismo, en la Declaración política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles se hace referencia al cáncer cervicouterino.
En 2013, la Asamblea Mundial de la Salud indicó que las intervenciones relacionadas con el cáncer cervicouterino figuran entre las intervenciones prioritarias previstas en el Plan de acción mundial de la OMS para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020, adoptado por los Estados Miembros y en virtud del cual estos se comprometieron a incluir las intervenciones relacionadas con el cáncer cervicouterino y otras enfermedades no transmisibles en los planes nacionales de salud.