El presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas, afirmó este domingo que las presentes dificultades que se presentan en esa organización tienen su origen en la reforma constitucional del año 2002, y que la derrota que acaba de sufrir el partido en las pasadas elecciones fue producto de que a pesar de estar encabezando todas las encuestas meses antes de los comicios, el candidato presidencial, Hipólito Mejía, no fue capaz de convertir en votos la aspiración de cambio que expresaba más del 70 por ciento del electorado
Vargas, quien pronunció el discurso central de la reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, dijo que en toda su historia el PRD ha atravesado por momentos difíciles, pero cual Ave Fénix siempre ha sabido levantarse, como solía decir el extinto líder perredeísta José Francisco Peña Gómez.
“Ahora no será diferente, estoy plenamente convencido de que por encima de las legítimas aspiraciones que todos podemos tener, se impondrán la verdad y la razón, y los verdaderos perredeístas, jóvenes y viejos, mujeres y hombres que amamos este partido, estaremos del mismo lado, defendiendo este tesoro de la democracia dominicana que es el PRD”, expresó.
El presidente del partido blanco llegó a las 11: 16 minutos al hotel Dominican Fiesta en medio de una gran algarabía y de inemediato tomó asiento enuna tribuna en la que estaban acomodados la mayoría de los diputados y alcaldes de esa organización. estuvo flanqueado por el vocero perredeísta en la Cámara de Diputados, Ruddy González, y Junio Santos, alcalde de Santo Domingo Norte. Estaban además la mayoría de los vicepresdentes y otros dirigentes del PRD. Se informó que un total de 43 de los 57 alcaldes perredeístas estuvieron en el acto.
El notario Ismael Hernández Flores, quien estuvo asistido por los doctores Nelson Ruddy Castillo Ogando y Samuel Moquete, miembros todos del Colegio de Notarios, certificaron que la reunión inició con la asistencia de 1356 integrantes del CEN, equivalente a un 68 por ciento de la matrícula de ese organismo.
Al hacer un exhaustivo balance de las causas que generaron la crisis que vive hoy el partido, que llevaba a su Comité Ejecutivo Nacional a destituir a su presidente en funciones y a someter a los Comisión de Control para fines disciplinarios al pasado candidato presidencial y a los secretarios general y de organización, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vázquez, Vargas dio seguridades a la militancia perredeísta de que el partido saldrá airoso de la prueba.
A continuación transcribimos el texto completo del discurso del presidente del PRD:
Durante largos meses he preferido el silencio. Pero hoy es propicia la ocasión para compartir algunas reflexiones sobre la realidad que padecimos todos nosotros en carne propia. La situación que vive hoy el PRD, tiene su origen en acciones urdidas hace años y que hoy debemos analizar.
La realidad que vive hoy el PRD tiene su raíz en la absurda y anti histórica reforma a la Constitución de la República de 2003, que vulneró los principios antireeleccionistas que durante más de 40 años enarboló nuestro Partido, bajo el liderazgo de José Francisco Peña Gómez.
Con esa contrarreforma el PRD empezó a distanciarse de los sectores liberales e intelectuales, en una acción cuyo único objetivo era que el presidente de turno volviera a presentarse como candidato presidencial, un hecho sin precedentes. Ninguno de los presidentes que hasta ese momento había tenido nuestro partido lo había intentado, incluso en casos en que pudieron hacerlo legalmente.
El PRD no solamente perdía su esencia democrática, anti-reeleccionista, sino que producía un estancamiento en el desarrollo de los liderazgos de relevo que venían avanzando a lo interno de nuestro Partido.
Fue inspirado en el ejemplo de mi querido líder y amigo José Francisco Peña Gómez, que firmamos un acuerdo público y frente al país, con el presidente Leonel Fernández para rescatar los principios de la alternabilidad y el relevo generacional de nuestra clase política, entre otras importantes conquistas democráticas.
Hoy podemos decir con orgullo y exhibir con alegría que la reelección presidencial consecutiva es nuevamente cosa del pasado.
Luego de la derrota del 2004, mientras la mayoría de los funcionarios que salían del Gobierno brillaban por su ausencia de los escenarios partidarios, iniciamos un proceso de consultas, de recuperación, de levantamiento de la moral partidaria, y rescate de la vergüenza perredeísta, y empezamos sin prisa pero sin pausa, a construir un proyecto presidencial para las elecciones del 2008, capaz de reconstruir y mejorar la deteriorada imagen de nuestro Partido.
A pesar de ganar la convención interna con más del 80% de los votos para ser el candidato presidencial, integramos a los trabajos de nuestra candidatura a nuestros competidores internos y actuando sin sectarismos, les otorgamos la dirección de la campaña en las principales plazas del país.
Siempre apostamos a la unidad
Siempre apostamos y procuramos la unidad de nuestro partido. Sumamos toda la familia perredeísta a nuestra campaña. No hicimos nada que pudiera afectar las posibilidades electorales del PRD.
Aportamos recursos propios a favor del fortalecimiento del Partido. No obstante, los recursos del Estado puestos a disposición de la campaña reeleccionista, combinados con una desbordada campaña publicitaria, que no hacía más que recordar y mantener vigente en la mente de los ciudadanos la crisis de 2003 y sus consecuencias.
A pesar de cargar con esa cruz, nuestra candidatura logró una extraordinaria recuperación de apoyo al PRD, al pasar de un 14% en diciembre de 2004 a un 41% en Mayo de 2008.
Es oportuno puntualizar hoy que desde lo interno de nuestro propio Partido, se orquestó un plan para hacer abortar un acuerdo electoral en la primera vuelta que veníamos discutiendo con el Partido Reformista Social Cristiano, que habría mejorado nuestras posibilidades de triunfo.
Otras declaraciones y acciones provocaron un innecesario y perjudicial enfrentamiento con importantes sectores de la sociedad dominicana, tales como la Iglesia Católica y muy especialmente con el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
Después del proceso electoral del 2008, aspiramos a la presidencia del PRD soportando pacientemente los constantes incidentes provocados por dirigentes de nuestro propio Partido. Ganamos el plebiscito con el 97.4% de los perredeístas que votaron en la convención del 27 de Septiembre del 2009 para ejercer la presidencia del PRD hasta el año 2014.
Y hoy, con unos 60 votos de una supuesta comisión política ilegal y fraudulenta, se pretende desconocer la expresión mayoritaria del voto de la militancia perredeísta.
Conspiraciones incesantes
Las conspiraciones internas no cesaron y en las elecciones congresuales y municipales de 2010 altos dirigentes del PRD conspiraron para lograr que no ganáramos un solo senador, con la intención de afectar nuestra táctica de avanzar en el 10 para ganar en el 12, pese a lo cual fuimos el partido más votado en esas elecciones y por primera vez después de muchos años, ganamos la casilla no. 1 de la boleta electoral.
Y además ganamos las alcaldías de los principales y más grandes municipios del país. Aumentamos nuestra matrícula de diputados, alcaldes y regidores.
Mientras trabajábamos en defensa de nuestros Candidatos ante la Junta Central Electoral, altos dirigentes enviaban cartas de felicitación a esa misma Junta que hoy cuestionan, sacrificando la senaduría de Pedernales por posiciones en ese organismo.
Pasadas las elecciones del 2010, nos dirigimos al proceso de la Convención del 6 de Marzo para elegir al Candidato Presidencial y como es sabido por todos ustedes, el contubernio que venía desde el 2010 entre dirigentes de nuestro Partido con dirigentes del PLD y funcionarios del Gobierno, volvió a cobrar fuerzas y la injerencia de votantes PLDístas y Reformistas contaminaron significativamente el proceso de selección del Candidato para las elecciones del 2012.
Todo esto, con la complicidad de una Comisión Organizadora que violentó el mandato del Comité Ejecutivo Nacional que ordenaba el uso del padrón de la Junta Central Electoral con las exclusiones de quienes figurasen en el padrón de los partidos de la Liberación Dominicana y Reformista Social Cristiano y aliados, y que lejos de jugar el papel de arbitraje y justicia de la competencia, se convirtieron en los verdugos de nuestras aspiraciones.
No obstante esa situación, y dado que los resultados no se correspondieron con la voluntad de la gran mayoría de las y los perredeístas que apostaban a un candidato que sí garantizara el triunfo del PRD, el 11 de Abril del 2011 declinamos nuestras legítimas aspiraciones, dejando de lado nuestros justos reclamos, colocando así los intereses del Partido por encima de las aspiraciones personales.
El 8 de Mayo encabezamos en el Palacio de los Deportes el acto de proclamación, presidimos la Asamblea Nacional del Delegados, y le tomamos juramento al candidato del partido.
Integración y unidad
Hicimos un llamado a la integración y a la unidad de toda la familia perredeísta. Aprobamos por la Convención de Delegados una amnistía para todas las personas que habían sido expulsadas del PRD, como una forma de contribuir a la integración. Firmamos un Protocolo de Integración que fue posteriormente violado e ignorado.
Nos reunimos con el pasado candidato cada vez que él lo solicitó. Pero su único interés en esas reuniones era coordinar lo relativo al acto de proclamación y juramentación de su candidatura.
Demostramos con hechos que no albergamos odios ni rencores. No conocemos la envidia. No nos motiva la venganza. No hay razones ni espacio en nuestro ser para la frustración ni el rencor.
Nunca he cometido una sola acción en contra de mi Partido. No he votado nunca ni he mandado a votar en contra de nuestros candidatos y tampoco he desconsiderado nunca a un compañero o compañera del Partido.
Entregamos al PRD como el Partido más votado, en el lugar no. 1 de la boleta electoral, con más de 25 puntos por encima del PLD en todas las encuestas. El PRD estaba a las puertas del Palacio Nacional. Pero había que conducirlo con inteligencia y madurez, sin embargo, el triunfalismo, las exclusiones y la soberbia contribuyeron, junto a otras causas, a la derrota del PRD.
Un candidato debe tener como única agenda ganar las elecciones, pero en esta ocasión no fue así, y ahora pretenden dividir al PRD, contribuyendo así a fortalecer a los adversarios de nuestro partido.
Es oportuno ahora enumerar acciones relevantes que desde la Presidencia del PRD fueron desarrolladas en favor de nuestro Partido y sus candidatos en las pasadas elecciones.
Atendiendo a la solicitud del candidato, designamos sus delegados ante la JCE. Además de lograr que se reconociera al partido la casilla numero 1 de la boleta electoral, contribuimos a que no se incluyera la foto de los candidatos vicepresidenciales en la boleta, tal como lo solicitaba el candidato de nuestro partido.
Colocamos vallas en todo el país llamando a a votar blanco en la casilla 1 del PRD. Participamos en la solución de la crisis del Centro de Cómputos de la JCE, logrando que al candidato se le otorgara una representación en la Gerencia Colegiada de Informática.
Entregamos el monto sin precedentes de 170 millones pesos al candidato, y tenemos saneadas las cuentas del partido.
Otro logro de extraordinario valor fue la organización de la convención de los y las diputadas de ultramar, quienes tuvieron la capacidad para superar a los candidatos oficialistas.
Nuestros adversarios internos han señalado que no nos integramos a la campaña. Pero lo cierto es que nunca hubo una disposición real y sincera en procura de nuestra integración a las actividades del comando de campaña. Sí lo hicimos desde nuestra posición de dirección nacional institucional del partido.
Lo que sí pudimos ver fueron las frecuentes declaraciones del candidato y de los directivos de su campaña de que “se gana como quiera, con Miguel o sin Miguel; de que el PRD estaba unido en más de un 99.9 por ciento; de que éramos la ñapa, y que no estábamos en el line up del candidato y un sin número de artículos, declaraciones y expresiones desconsideradas e irrespetuosas contra nosotros.
Soportamos en silencio durante todos estos meses, con paciencia, prudencia y moderación, para no afectar las posibilidades electorales de nuestro partido y sus candidatos. Nunca dimos una declaración que afectara la campaña del candidato.
Pretender culparnos de la derrota electoral del 2012 es ignorar que el PRD ganó 14 provincias, las mismas donde en el 2010 teníamos ganadas las senadurías y no se obtuvieron por la acción quirúrgica en perjuicio de nuestros candidatos, pese a lo cual el PRD fue el partido más votado.
La realidad es que aunque todas las encuestas indicaban que más de un 70 por ciento de la población aspiraba a un cambio de gobierno, el candidato del partido no fue capaz de convertir ese descontento en votos a su favor.
Compañeras y compañeros, el PRD tiene que mirar hacia el futuro. Aprender de las lecciones del pasado y vivir el presente con la mirada puesta en el porvenir.
El PRD no terminó el 20 de mayo. No podemos seguir repitiendo los mismos errores. El PRD tiene que renovarse para trabajar en la readecuación de una nueva estrategia de cara a su rol de opositor firme y responsable al nuevo gobierno.
Debemos programar con tiempo suficiente nuestra participación en las elecciones congresuales y municipales de Febrero del 2016, en las que muchos de ustedes aspirarán a ser senadores, diputados, alcaldes y regidores, así como para las elecciones presidenciales de ese año.
Compañeros y compañeras es hora de fortalecer este instrumento de la democracia, asumiendo todos nuestra responsabilidad histórica de servirle a los más elevados propósitos de la Nación.
En toda su historia el PRD ha atravesado por momentos difíciles. Pero cual Ave Fénix, siempre ha sabido levantarse, como bien decía nuestro inolvidable José Francisco Peña Gómez.
Ahora no será diferente. Estoy plenamente convencido de que por encima de las legítimas aspiraciones que todos podamos tener, se impondrá la verdad y la razón, y los verdaderos perredeístas, jóvenes y viejos, mujeres y hombres que amamos este partido, estaremos del mismo lado, defendiendo este tesoro de la democracia dominicana.
Concluyo mis palabras reiterando nuestra exhortación a no dejarse perturbar ni provocar para que continuemos fortaleciendo a este gran partido de la esperanza nacional.
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Nunca he cometido una sola acción en contra de mi Partido. No he votado nunca ni he mandado a votar en contra de nuestros candidatos y tampoco he desconsiderado nunca a un compañero o compañera del Partido.
Entregamos al PRD como el Partido más votado, en el lugar no. 1 de la boleta electoral, con más de 25 puntos por encima del PLD en todas las encuestas. El PRD estaba a las puertas del Palacio Nacional. Pero había que conducirlo con inteligencia y madurez, sin embargo, el triunfalismo, las exclusiones y la soberbia contribuyeron, junto a otras causas, a la derrota del PRD.
Un candidato debe tener como única agenda ganar las elecciones, pero en esta ocasión no fue así, y ahora pretenden dividir al PRD, contribuyendo así a fortalecer a los adversarios de nuestro partido.
Es oportuno ahora enumerar acciones relevantes que desde la Presidencia del PRD fueron desarrolladas en favor de nuestro Partido y sus candidatos en las pasadas elecciones.
Atendiendo a la solicitud del candidato, designamos sus delegados ante la JCE. Además de lograr que se reconociera al partido la casilla numero 1 de la boleta electoral, contribuimos a que no se incluyera la foto de los candidatos vicepresidenciales en la boleta, tal como lo solicitaba el candidato de nuestro partido.
Colocamos vallas en todo el país llamando a a votar blanco en la casilla 1 del PRD. Participamos en la solución de la crisis del Centro de Cómputos de la JCE, logrando que al candidato se le otorgara una representación en la Gerencia Colegiada de Informática.
Entregamos el monto sin precedentes de 170 millones pesos al candidato, y tenemos saneadas las cuentas del partido.
Otro logro de extraordinario valor fue la organización de la convención de los y las diputadas de ultramar, quienes tuvieron la capacidad para superar a los candidatos oficialistas.
Nuestros adversarios internos han señalado que no nos integramos a la campaña. Pero lo cierto es que nunca hubo una disposición real y sincera en procura de nuestra integración a las actividades del comando de campaña. Sí lo hicimos desde nuestra posición de dirección nacional institucional del partido.
Lo que sí pudimos ver fueron las frecuentes declaraciones del candidato y de los directivos de su campaña de que “se gana como quiera, con Miguel o sin Miguel; de que el PRD estaba unido en más de un 99.9 por ciento; de que éramos la ñapa, y que no estábamos en el line up del candidato y un sin número de artículos, declaraciones y expresiones desconsideradas e irrespetuosas contra nosotros.
Soportamos en silencio durante todos estos meses, con paciencia, prudencia y moderación, para no afectar las posibilidades electorales de nuestro partido y sus candidatos. Nunca dimos una declaración que afectara la campaña del candidato.
Pretender culparnos de la derrota electoral del 2012 es ignorar que el PRD ganó 14 provincias, las mismas donde en el 2010 teníamos ganadas las senadurías y no se obtuvieron por la acción quirúrgica en perjuicio de nuestros candidatos, pese a lo cual el PRD fue el partido más votado.
La realidad es que aunque todas las encuestas indicaban que más de un 70 por ciento de la población aspiraba a un cambio de gobierno, el candidato del partido no fue capaz de convertir ese descontento en votos a su favor.
Compañeras y compañeros, el PRD tiene que mirar hacia el futuro. Aprender de las lecciones del pasado y vivir el presente con la mirada puesta en el porvenir.
El PRD no terminó el 20 de mayo. No podemos seguir repitiendo los mismos errores. El PRD tiene que renovarse para trabajar en la readecuación de una nueva estrategia de cara a su rol de opositor firme y responsable al nuevo gobierno.
Debemos programar con tiempo suficiente nuestra participación en las elecciones congresuales y municipales de Febrero del 2016, en las que muchos de ustedes aspirarán a ser senadores, diputados, alcaldes y regidores, así como para las elecciones presidenciales de ese año.
Compañeros y compañeras es hora de fortalecer este instrumento de la democracia, asumiendo todos nuestra responsabilidad histórica de servirle a los más elevados propósitos de la Nación.
En toda su historia el PRD ha atravesado por momentos difíciles. Pero cual Ave Fénix, siempre ha sabido levantarse, como bien decía nuestro inolvidable José Francisco Peña Gómez.
Ahora no será diferente. Estoy plenamente convencido de que por encima de las legítimas aspiraciones que todos podamos tener, se impondrá la verdad y la razón, y los verdaderos perredeístas, jóvenes y viejos, mujeres y hombres que amamos este partido, estaremos del mismo lado, defendiendo este tesoro de la democracia dominicana.
Concluyo mis palabras reiterando nuestra exhortación a no dejarse perturbar ni provocar para que continuemos fortaleciendo a este gran partido de la esperanza nacional.