El católico Mario Salerno, dueño de varias propiedades en Brooklyn, Nueva York, renunció a cobrar el alquiler de abril a 200 inquilinos, para así ayudarlos financieramente ante la epidemia del coronavirus que afecta seriamente a Estados Unidos, el país con más casos registrados en todo el mundo.
Nueva York es el estado con más casos en todo el país con 114.174 enfermos y 3.565 muertos.
La situación ha hecho que se coloque un hospital de campaña en el famoso Central Park y se instale camiones frigoríficos en las afueras de los hospitales para hacer frente al alto número de fallecidos. Los casos en todo Estados Unidos llegan a más de 327 mil con un total de 9.326 fallecidos.
En diálogo con EWTN News Nightly, Mario Salerno contó que al tomar la decisión de no cobrar la renta, les dijo a todos sus inquilinos “que no se preocupen, que no entren en pánico. Pasamos por momentos muy difíciles con esta enfermedad monstruosa, así que voy a renunciar a toda la renta del mes de abril”.
“Mi fe católica es lo que hizo que tomara esta decisión respecto al valor de la vida. Todos los días rezo. Cuando tengo algo de tiempo extra, cuando estoy en cuarentena, rezo y le pido al buen Señor que por favor derrote este virus malicioso”, explicó.
Salerno, que posee también un taller de mecánica automotriz y un grifo o bomba de combustible en la localidad de Williamsburg en Brooklyn, dijo que también decidió renunciar al alquiler “porque muchos de mis inquilinos perdieron su trabajo y yo quería que tengan algo de paz mental. Que no se preocupen por conseguir el dinero”.
“Como humano, me sentí más cómodo asegurándome de que tuvieran comida en sus mesas, algo que algunos no tenían; y me sentí muy honrado de decirles esto”, agregó.
Al ser preguntado sobre la cantidad de dinero que está dejando de recibir, Mario Salerno respondió que “en realidad no quiero tratar ese asunto. Es irrelevante si lo comparamos al valor de una vida humana. Lo que yo valoro son las vidas de las personas”.
Salerno contó que comunicó su decisión con “un letrero en la puerta donde les dije a todos los inquilinos que es muy importante que estén a salvo, que ayuden a sus vecinos y se laven las manos”.
Muchos de los inquilinos de Mario Salerno son jóvenes y la mayoría no tiene empleo debido a la crisis del coronavirus. Una de ellos comenta a EWTN News Nightly que la decisión del propietario “fue realmente maravillosa y realmente necesitaba esto que me está ayudando a que todo sea más fácil, mejor y con bastante menos estrés”.
Otro joven inquilino afirma que “Mario es genuinamente una de las personas más buenas que he conocido. Esto es una gran ayuda para todos”.
En su oficina, donde también tiene algunas imágenes religiosas, Mario cuenta que “tengo mi pequeño santuario donde rezo. Cuando hay momentos difíciles, le rezo al buen Señor”.
“No creo que esto sea ser un héroe sino que en realidad es ser de verdad humano. Así que si puedo hacer las cosas más fáciles en la vida de alguien, entonces lo hago”. subrayó.