REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
Debalal, de 36 años de edad, era el líder de una pequeña iglesia en Nepal. El líder evangélico era conocido por visitar con frecuencia a los enfermos y orar por ellos.
En la madrugada del domingo 20 de octubre, fue llamado a la casa de Kumar Sardar, -29 años de edad- para orar por su sanidad. Kumar, es hindú y estaba enfermo desde hace unos meses.
Él estaba a unos 30 minutos de la casa de la familia Debalal.
La esposa de Kumar, pidió es día el domingo que oraran por su esposo, que estaba llorando y quejándose de un fuerte dolor en su cuerpo. Mientras Debalal, se arrodilló para orar y cerró los ojos, pero se dio cuenta cuando Kumar, se levantó y salió de la habitación. Unos minutos más tarde regresó sosteniendo un khukuri, un cuchillo tradicional con un borde curvo.
Antes de que pudiera reaccionar Debalal, Kumar, le cortó la garganta. Debalal, murió sin saber por qué lo odiaba. El asesinato fue informado por Misión Gospel for Asia, la cual ayudaba al sostenimiento de Debalal. Kumar, se encuentra actualmente bajo custodia policial.
“La oposición, la persecución y el martirio son parte del costo de seguir al Señor y llevar el Evangelio a un mundo que lo necesita desesperadamente”, dijo K P Yohannan, director general de Gospel for Asia. “Se nos parte el corazón cuando perdemos a alguien, pero mientras lloran aquí en la tierra, pero hay gozo en el cielo por los que conocieron a Jesús a través de este hombre”.
La esposa de Debalal y sus dos hijos, de 9 y 15, están siendo atendidos por la iglesia local durante este tiempo.
“Debalal era un siervo fiel de nuestro Señor Jesucristo”, dijo el obispo Narayan Sharma, líder de la labor misionera en Nepal. “Él fue diligente en el ministerio del Señor y ayudó trayendo a muchos para el Reino de Dios”.
Como Debalal, cientos de creyentes en Nepal se enfrentan a la persecución diaria a causa de su fe. El extremismo hindú ha crecido en el país en los últimos años. El Código Penal de Nepal, dice en su artículo 160 que prevé penas para cualquiera que intente convertir o desviar de la religión hindú “por cualquier medio”, a algún hindú.
Las personas que son detenidas por predicar una religión diferente del hinduismo o distribuir textos religiosos no hindúes, pueden ser condenadas a pagar una multa de 50.000 rupias (509 dólares) o pasar cinco años en prisión. Si la persona desobedece la ley y es extranjero, será expulsado de inmediato, lo que ha obstaculizado el envío de misioneros de otros países en Nepal.