
REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
Desde el Municipio:
Por Juan López
La inseguridad ciudadana en nuestro país es una realidad muy preocupante. La población tiene su percepción sobre esa incuestionable realidad, basada en el incremento de múltiples y diversos casos y situaciones que, a diario, a cualquier hora del día, en diferentes pueblos y sin discriminar sectores sociales, está generando peligrosos temores, escalofriante impotencia, indignación colectiva y crecientes reclamos que ameritan ser adecuadamente atendidos.
A través de los medios de comunicación y redes sociales se divulgan los principales casos de gran magnitud o los que afectan, directamente, instituciones y personalidades de la alta sociedad.
A esos bochornosos y denigrantes hechos delincuenciales hay que sumarles la ratería, atracos, robos, heridos y muertos que, en diversas modalidades y diariamente, se escenifican en cualquiera de nuestros barrios.
Son múltiples las causas del incremento de la inseguridad ciudadana. Entre las que existen causas estructurales y causas coyunturales.
Sin lugar a dudas, la pobreza, superior al 40% de los dominicanos, y la alta tasa de desempleos (un 14%) son dos causas estructurales que, de una manera u otra, repercuten en el incremento de la delincuencia y por lo tanto en la inseguridad ciudadana.
En el sector juventud (de los 18 a los 39 años) el desempleo supera el 35%, sin incluir aquellos jóvenes que perciben salarios, aun siendo técnicos y profesionales, por debajo de los 10 mil pesos mensuales.
Una breve acotación: “La población en condición de pobreza es aquella que tiene un ingreso per cápita inferior a RD$4,440 y la que vive en pobreza extrema, RD$2,050, aproximadamente”.
Paralelo con lo anterior, nuestra sociedad promueve el alto consumo y la ostentación cual si fuera condición indispensable para “vivir bien”. A estos fines se bombardea e induce, con todo tipo de publicidad, al uso de productos de marcas y costosos como condición indispensable para ese “vivir bien”, lo cual incide y perturba a la juventud que también es acosada por los vicios y el narcotráfico.
Es oportuna y válida una aclaración: No afirmamos ni siquiera insinuamos que las personas desempleadas o que viven en la pobreza son, ipso facto, propensa a delinquir.
Las causas coyunturales que contribuyen con el incremento de la delincuencia e inseguridad ciudadana se hallan entre los procedimientos y acciones que, de manera deficiente, utilizan las instituciones del Estado (tribunales, organismos de seguridad) que tienen la responsabilidad de proveer de protección a la vida y bienes de los dominicanos y visitantes.
Dentro de ese contexto, es apremiante que el gobierno nacional y los gobiernos locales asuman con seriedad y voluntad política las causas estructurales y al mismo tiempo establezcan la coordinación que fuere necesaria para, en lo inmediato, producir acciones que permitan superar los temores a ser víctimas de la delincuencia que afecta la tranquilidad de nuestras familias.
En ese sentido, sobre el Partido de la Liberación Dominicana, que tiene y gestiona seguir con el control mayoritario de los poderes del Estado y gobiernos locales, recae la mayor cuota de responsabilidad en la urgente tarea de colocar un firme torniquete a las causas coyunturales y la obligación de concitar a los poderes fácticos y organizaciones de la sociedad civil para concertar un pacto social y político que permitan enfrentar, a profundidad, las causas estructurales que generan la delincuencia que carcomen la seguridad ciudadana,
¡Antes de que el pueblo, hastiado de tanta inequidad social e ineficiencias, decida hacerlo con sus propios mecanismos y acciones!
30 de agosto del 2015.