Redacción Delazonaoriental.net
Hay pleitos que no se pueden echar porque siempre se tiende a perder, hay varios hechos históricos y hasta refranes que avalan este criterio, pelear con una mujer, si te golpea y no responde eres cobarde o mamita pero si responde y le das un golpe eres un abusador, con un niño o adolescente es igual, tampoco se pelea con un enfermo mental o un anciano, con ellos no hay forma de vencer, no existe la más mínima posibilidad de salir airoso.
También las discusiones se pierden y son riesgosas cuando se contiende con una persona sin raíces familiares, alguien recién llegado y del cual nadie sabe nada, alguien sin hijos, hermanos, tíos o padres conocidos, asi como llegan se van y con ellos solo se pierde.
Esos que un día llegan al municipio o ciudad y nadie sabe de donde vinieron, ni si salieron corriendo de algún lugar, no tienen hermanos, familia ni nadie pueda avalar su honestidad cuando cometan alguna fechoría.
Mis acciones repercuten en mis hijos, esposa, padres o hermanos, por eso cuido cada paso que doy, el que no tiene dolientes ni parientes actúa de manera desenfrenada porque entiende que sus acciones malsanas no llegarán hacia los seres más cercanos, nadie los conoce.
De esos que no tienen nada que perder hay que cuidarse, es mejor evitarlos como se evita al enfermo mental.
Quien no tiene raíces familiares a la más mínima amenaza salen corriendo, el que llega de la nada, que no tiene hijos en la escuela, ni padres, ni primos, ni arientes ni parientes tiende a generar desconfianza, pueden ser peligrosos, sus acciones solo les afectan a ellos y por eso actúan de manera irresponsable.
Muy diferente actuamos los que tenemos hijos en la escuela, sus amigos les comentan cualquier situación en la que nos involucramos, mi comportamiento, positivo o negativo hace que mis progenitores reciban las quejas y por eso trato de llevar una vida apegada a la dignidad, quien nada de eso tiene se porta de manera irresponsable al no haber nada que contenga su accionar.
De esos hay que cuidarse.
Esos advenedizos que nadie sabe de donde llegaron, asimismo se van y no hay donde buscarlos, no hay a quien reclamarle, no hay hijos ni padres a quien pedirle orientación sobre su paradero, esos son los más peligrosos, no tienen nada que perder, por eso la discusión o pleitos con ellos deben ser siempre evitados.
Los Abogados que ejercemos en materia penal sabemos la importancia del arraigo familiar, lo cual le demuestra a un juez que determinado imputado se presentará a las audiencias y no va a rehuir el proceso, el arraigo lo componen las actas de nacimiento de hijos, padres, propiedades, etc, quien no tiene arraigo normalmente es mantenido en prisión, ¿Porqué entonces entrar en discusiones con alguien sin ningún tipo de arraigo?
Era costumbre de nuestros habitantes tomar en cuenta las raíces familiares para establecer la solvencia moral de una familia, nuestros abuelos decían, “Ese es de los Jimenez” “Es de los Garcia” etc, ese arraigo indicaba si se podía compadrar, hacer negocios, emparentar, quien llega a un lugar de la nada no es digno de ese tipo de trato, nadie sabe de qué familia viene, la cual puede estar compuesta por personas buenas y honrada o por depravados y psicópatas. Pero no es bueno correr ese riesgo.
Entrar en discusiones y enfrentamientos con desconocidos, con personas que deambulan por el mundo sin saberse sus orígenes y sobre todo su pasado, que muy bien puede ser un pasado claro o oscuro, que carecen respaldo familiar es un desperdicio de tiempo y un peligro para esos que sí tenemos que perder, es mejor desechar esas discusiones.
Siempre se pierde discutiendo con ellos.
Jacobo Colón.