REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
Santo Domingo Este.- El apóstol Raymon Telford, guía espiritual del Centro Mundial de Restauración Familiar, hizo un llamado a la sociedad y al gobierno en su conjunto, a fin de que juntos den los pasos necesarios para salvar a la familia dominicana del Colapso a que se encamina en todos los órdenes.
Entiende el Pastor que “todos los dominicanos deben levantar su voz en favor de la vida desde su concepción, sin que se tenga que llegar al sacrificio, y elevando a así los valores espirituales aprendidos por la fe en DIOS que nos legara Jesucristo”.
Telford aseguró que desde la Iglesia que pastorea junto a la salmista Nancy Amancio, no sólo estarán fortaleciendo el crecimiento del evangelio, sino que desde el Centro Mundial de Restauración Familiar, levantarán una bandera en favor de la vida y contra la delincuencia, la drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, y todos los males que están encaminando nuestra sociedad hacia un camino sin retorno.
“Desde hoy…cada miembro de nuestra iglesia se convertirá en un vocero por la vida, por el amor en todas sus expresiones, por la responsabilidad paterna, por la preservación de los matrimonios, por la igualdad social, por la dignidad humana, por tratos igualitarios, por la educación obligada sin distinción de credos ni razas”, indicó el predicador al responder preguntas de algunos medios que cubrieron la caminata.
Agregó el evangelista que la familia dominicana está atravesando por una de sus peores crisis espiritual y moral. “Los hogares se encaminan hacia la destrucción por la falta de contacto personal que nos impone la comunicación electrónica y digital; porque si bien es cierto nos da facilidades para la cotidianidad, no menos cierto es que… al sumirnos en sus bondades, está aislando la familia en los hogares”, aseguró.
Raymón Telford ofreció sus declaraciones en el marco de una gran marcha titulada “Salvemos a la familia”, la cual encabezó junto a miembros del Centro Mundial de Restauración Familiar, en un recorrido que abarcó varios kilómetros de la autopista San Isidro, en Santo Domingo Este; habiéndose iniciado en la sede de la iglesia que pastorea, ubicada en la misma vía de esa demarcación.