REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
Oficialmente no se trata de un matrimonio, sino de una “escritura pública declaratoria de una unión poliafectiva estable”, le dijo la abogada a Jefferson Puff, periodista del servicio brasileño de la BBC.
El trío, formado por un hombre y dos mujeres, vive en la misma casa, comparte gastos y mantiene una relación de “lealtad y compañerismo” desde hace más de tres años en Río de Janeiro.
“Hemos visto en los últimos años una serie de cambios en el concepto de familia. En mi opinión, esta unión poliafectiva no afecta al derecho de otras personas”, dice la notaria.
En la práctica, el documento registra las voluntades de las tres personas, con diversas cláusulas en las que se especifican detalles sobre pensión, reparto de bienes, planes de salud y separación.
EN BUSCA DE SER “UNIDAD FAMILIAR”
Según la notaria, le corresponderá a empresas y órganos públicos aceptar o rechazar al trío como “unidad familiar”, y los tribunales podrán tomar acción para juzgar la validez de los potenciales recursos que haya.
En todo caso, Do Nascimento Domingues espera que el caso sirva de precedente para el establecimiento de otros tipos de familia de diverso número, que según ella pueden incluir dos hombres y una mujer, tres hombres, dos mujeres y dos hombres, etc. “Para mejor o para peor, no importa, pero la idea de familia que teníamos antes no es lo único que podemos llamar familia hoy en día”, explica.
“En mi trabajo como notaria veo también el aumento de diferentes composiciones familiares y de divorcios”, añade. Do Nascimento Domingues dice que ya durante su doctorado identificó casos de familias poligámicas. “Fue a raíz de mis estudios que busqué la manera de ver cómo desde mi profesión de notaria podría ayudar a esas familias a registrar jurídicamente esa situación que ya existía”, afirma.
“Ellos ya vivían así desde hace más de tres años, querían declarar ese hecho y yo me comprometí a redactar una escritura organizando esas declaraciones de manera pública”, puntualiza.
¿Y LOS HIJOS?
Según la notaria, las cuestiones relacionadas con los hijos deberán ser decididas por la justicia. “Así sucedió también con las parejas homoafectivas, que tuvieron que pelear mucho para que dos hombres o dos mujeres consiguieran poner sus nombres en un certificado de nacimiento”, explica.
“Si quisieran, con la ayuda de un abogado, debatir la posibilidad de incluir tres, cuatro o cinco nombres como padres, tendrán que argumentar que constituyen una familia en una acción judicial, porque serán de hecho los padres afectivos del niño”, agrega. “Es ahí donde entra el juez a decidir si reconoce o no la paternidad o maternidad conjunta”.
CAMBIO DE CONCEPTOS
La notaria espera que en el futuro el Tribunal Federal Supremo falle como en el caso de las uniones homosexuales. La idea de una familia poliafectiva choca con los valores tradicionales de la sociedad brasileña, que según Do Nascimento Domingues es “muy prejuiciosa y limitada”.
Para entender las uniones poligámicas, la notaria dice que es necesario distinguir los conceptos de lealtad y fidelidad.
“En la mente brasileña el concepto que la gente tiene es el de la fidelidad, pero el concepto que se debate en estas relaciones es el de lealtad. Son muy diferentes”, plantea. “Uno puede tener 30 maridos y serles leal a todos ellos, y tener uno único y serle desleal. La fidelidad está ligada al matrimonio, a pertenecer al otro”, explica.
PRECEDENTES EN OTRAS CULTURAS
“La primera idea que viene a la cabeza es la de las familias patriarcales en algunos países del mundo árabe y África, con familias de un hombre y varias mujeres. Los tradicionales harenes y cosas de ese tipo”, comenta Do Nascimento Domingues.
“Pero hay sociedades matriarcales, en la región de los Himalayas, por ejemplo, en las que la mujer es la que tiene varios maridos”.
“Todavía no tengo datos oficiales pero ya encontré evidencias de casos de familias poliafectivas en lugares como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, además de otros países europeos”, dice do Nascimento Domingues.
“Así y todo, hasta el momento no identifiqué ningún registro de escrituras públicas parecidas a la que se hizo aquí ni en Europa ni en América Latina. Sólo hay contratos privados entre los miembros de esas familias”, reconoció