Afortunadamente, con el paso de los años la noción rígida del hombre que sale a trabajar y tiene una esposa ama de casa se ha ido debilitando en favor de modelos familiares más flexibles en las que ambos pueden trabajar y aportar con las labores del hogar, o los papeles tradicionales pueden invertirse.
Ahora, la evidencia científica apoya la formación de familias en las que no solo la madre se encarga de las labores del hogar. Según un estudio de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos, titulado La división de cuidado infantil, intimidad sexual, y calidad de la relación en parejas, la división de tareas domésticas como el cuidado de los hijos y otras responsabilidades garantizan la independencia de la pareja, y trae beneficios para la vida sexual.
Este estudio fue realizado en 487 parejas heterosexuales con hijos y esposas menores de 45.
Se encontró que en aquellas parejas en las que la mujer fue la responsable de más del 60% del cuidado de los hijos, los resultados de las evaluaciones sobre la calidad de la intimidad de pareja y la vida sexual fueron más pobres.
Los investigadores señalaron que los resultados indican que existen una relación directa entre la un mejor rendimiento por parte del hombre en las labores de cuidado de los hijos y la calidad de la intimidad de la pareja y una vida sexual satisfactoria. Se concluyó que el cuidado igualitario de los hijos tiene consecuencias positivas tanto para hombres como mujeres.