REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
La ONG SOS Aves & Cia, lleva tres años trabajando en el proyecto: “Bicho Sagrado” que tiene como objetivo evitar que los animales sean sacrificados en los ritos religiosos.
A través de los años los voluntarios han logrado reunir 2.648 animales, pero sólo 30 consiguieron sobrevivir donde la ONG les ha dado refugio en Saquarema y Itaipava, en Río de Janeiro.
El presidente de la ONG, Paulo Maia, se vale de la Ley 9.605 que dice: “Matar animales es un delito”. “No tenemos nada contra la religión de nadie, pero torturar a los animales es un delito y la ley, castiga con pena de prisión y multa. Uno debe saber lo que es la religión y lo que es un delito de maltrato”, dijo.
La ley dice que los animales de matanza sólo se permite en los casos de: Alimentar a los hambrientos, proteger los cultivos o en el caso de que el animal pone en peligro a los seres humanos.
El diario O Globo, habló con Marcelo Monteiro, para aclarar el uso de animales en los rituales religiosos. Como representante del Candomblé, ha asegurado que los animales sacrificados sirven para alimentos y el cuero se utiliza en la fabricación de materiales.
“Nada se tira. El sacrificio es precisamente para que toda la fuerza de los animales sea para nosotros, principalmente a través del alimento”, dijo el responsable de hacer los sacrificios.
Monteiro, dice que jamás dejan un animal muerto abandonado en la calle porque esto no pertenece a las religiones tradicionales africanas. “Dentro de nuestra religión es impensable dejar animales muertos abandonados en la calle”.
Paulo Maia, de la ONG dijo que muchos animales son rescatados en estado crítico. Un voluntario del proyecto “Bicho Sagrado”, encontró una cabra con siete cuchillos en la cabeza y sobrevivió al ser ayudada por veterinarios de SOS Aves & Cia.
“La gente necesita tener el valor de denunciar. Una estaba a punto de morir por una encrucijada que no es la religiosidad, bajo ninguna circunstancia. Es un crimen y debe ser castigado”, dijo Maia.
“El sacrificio de animales es una parte fundamental de nuestra religión y de nuestra cultura. Tratar de prohibirlo es una falta de respeto al estado laico y las tradiciones africanas. Es intolerancia religiosa. Lo que puede hacer es llevar el conocimiento a las personas para que sepan que hay tiempo y lugar para estos sacrificios”.