REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
La Policía Civil chilena detuvo a cuatro integrantes de una secta acusados de quemar a un bebé recién nacido en un “ritual de salvación” en una granja de la zona la zona central del país.
“En el lugar donde se hizo este sacrificio humano, encontramos restos óseos que corresponden al hueso dorsal en formación, que significa que es de una persona no adulta, de cero a seis meses”, explicó la Policía de Investigaciones (PDI).
El terrible caso salió a la luz luego de una investigación de cuatro meses de la Policía, alertada por la desaparición de un bebé recién nacido que nunca fue inscripto en el Registro Civil, en el entorno de una secta en la que, según se comprobó, se consumía la planta alucinógena ayahuasca y eran habituales los sometimientos sexuales a las cinco mujeres del grupo por parte del líder.
EL PADRE, INSTIGADOR DEL CRIMEN
Entre los detenidos, figura la madre del pequeño, que tenía dos días de vida, y que habría sido quemado vivo el 23 de noviembre pasado en el interior de una granja agrícola en la localidad de Quillaguay, en la ciudad de Quilpué, unos 110 km al oeste de Santiago.
Los otros tres detenidos son integrantes de la secta, que tendría una decena de miembros en total, en su mayoría profesionales. El líder de la comunidad, Gustavo Castillo Gaete, de 36 años, era el padre del bebé, nacido el 21 de noviembre en la clínica Reñaca, del vecino balneario de Viña del Mar.
El hombre, que se hacía llamar “Antares de la luz”, se encuentra prófugo y con orden de arresto internacional desde el pasado 19 de febrero, cuando viajó a Perú, al igual que otras cuatro personas.El irracional acto se cometió porque la secta creía que el lactante era el “anticristo”, esto en el marco del supuesto fin del mundo pronosticado para el 21 de diciembre de 2012.
“Toda la comunidad sabía que mi hijo tenía que ser asesinado después de nacer y que había que obedecer a ‘Antares de la luz’ (Castillo Gaete), porque él era Dios”, dijo la mujer detenida, en su declaración ante la policía, según señaló el fiscal ante el tribunal.
De acuerdo con la Policía, Castillo tenía completamente dominados a sus integrantes y “mantenía relaciones con las cinco mujeres” que la integraban. Cuando supo que una de ellas había quedado embarazada, la mantuvo encerrada durante toda la gestación, para luego pedirle que entregara a su hijo para un ritual supuestamente destinado a “salvar el mundo” antes de su fin, previsto, según decía, en una profecía maya para el 21 de diciembre de 2012.
“Yo estaba destrozada, pero Pablo Undurraga (otro integrante de la secta) me decía que tenía que ser así, que era mi karma. Presentía lo que iba a ocurrir con el bebé, pero eran órdenes superiores. ‘Antares’ había matado al bebé arrojándolo al fuego”, señaló la mujer arrestada, según cit