REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
Abogado, periodista y ex regidor
Hoy prevalece el relativismo, nada es bueno ni malo y peor los principios y valores éticos como la honestidad, la lealtad, la solidaridad, el compañerismo, es igual al egoísmo, la envidia o la traición.
Pareciera que “na e na” como se dice en el lenguaje coloquial y ordinario de una buena parte de nuestra juventud y aunque esta realidad es un espejo del mundo accidental de hoy, no por ello debemos ser indiferentes y menos hacernos cómplices por omisión o premiar a quienes practican estas inconductas.
En la práctica de la política vernácula esta degradación del ejercicio es una constante; desde la ausencia de las ideologías en las organizaciones partidarias y el PRD no es la excepción , hasta considerar que lo que importa son los “resultados” y por ello para alcanzar el objetivo se asume al príncipe Maquiavelo con aquello de que “el fin justifica los medios” y se autoproclaman “pragmáticos” de ahí que los principios han sido lanzados por la borda y se recurre a practicas tan deleznables, como el fraude, la traición, el clientelismo, la venta y compra de dirigentes y militantes en los eventos eleccionarios, sean estos para la escogencia de la dirección partidaria de sus organizaciones ó como los candidatos a presentar para cargos públicos.
El llamado transfuguismo como se le denomina a la inconducta de traicionar su organización de origen por lucro personal en medio del proceso, es visto por muchos, como un recurso “inteligente” para alcanzar el objetivo y peor, no es condenada por los partidos, ni los medios de comunicación o cuarto poder, ni la sociedad en general, en un indicativo de que además de los partidos políticos, de igual manera esta permeada toda la sociedad.
Resulta que estas prácticas carentes de principios y valores éticos son normales y ordinarias en la fauna de la política nacional siendo el Dr. Fernández que sin afectar su imagen, igual que Balaguer, quien ha sabido sacarle mas provecho a estas maquiavélicas prácticas, aprovechando las debilidades y ambiciones desmedidas, de mucho, de los actores políticos en nuestro país.
El presidente Fernández es un político inteligente, educado, con muy buenos modales y sobre todo “exitoso” que tiene un control tal, que parte de la intelectualidad y académicos del país han señalado que ha logrado instaurar, una dictadura constitucional; los tentáculos de control y hegemonía cubren todos los poderes públicos, desde el Congreso, la Justicia, con las altas cortes incluidas, Fiscalización, Junta Central Electoral, un control mediático sin precedentes de los medios de comunicación y como si fuera poco casi el total control de los partidos del sistema.
Hay que recordar que al partido reformista lo llevó al tamaño de su conveniencia, ni tan grande que se la vaya de las manos ni tan pequeño que le sirva para nada y súmele ahora, una pieza importante en las filas del principal partido de oposición PRD, nada mas que su presidente, con quien nunca ha tenido dificultad para llegar acuerdos y que por la conducta exhibida en el pasado proceso electoral, además de ser suspendido en sus funciones, quedó muy afectado en su imagen en la base perredeísta y toda la sociedad.
Sin embargo, el control de Fernández sobre el TSE le permite al Ing. Vargas, retomar la dirección de su partido después de ser suspendido en sus funciones por los organismos supriores de la organización, mediante medida disciplinaria, lo que se ha interpretado como una jugada magistral del presidente de la República a los fines de socavar la armonía y unidad en el PRD y procurar un retorno sin mayores inconvenientes, ni dificultades para el 2016.
Este panorama político lo debemos combatir y cambiar con inteligencia por el bien de la mayoría pues, si pasamos balance a los aportes hecho a la institucionalidad y al desarrollo humano durante este medio siglo de democracia representativa, vamos a obtener un balance muy precario en lo institucional y una deuda social gigantesca que denota que nuestros gobernantes han actuado de espalda al interés colectivo, sobre todo si tomamos en cuenta la cantidad de recursos que han manejado los gobiernos post trujillista y principalmente el Dr. Leonel Fernández
El resultado de esta complicidad por acción u omisión es catastrófico, la mayoría de gobiernos y representantes electos que hemos tenido en las instituciones públicas, salvo raras excepciones, en más de 50 años de democracia representativa no han resuelto un solo de los problemas que afectan a la gran mayoría.
Y creo que un elemento perturbador ha sido la principalía que han tenido una mayoría de nuestros políticos, sin ideales ni principios, carentes de talentos que con dinero, muchas veces de mala procedencias o sustraído al mismo estado, tienen la “habilidad” para mediante la compra de conciencia y esta práctica clientelar, granjearse el apoyo de una base con muchas limitaciones y necesidades que estos gobiernos injustamente han creando.
La deshonestidad, la traición, la compra y venta de conciencia no deben marcar el éxito en la práctica partidaria hasta por un asunto de resultado además, un activista que se vende, ni siquiera tiene la calidad para hacer reclamos a quien le haya vendido su servicio, por las promesas incumplidas y quien se beneficia de esta práctica, no se siente atado por entender que compró su espacio.
Retornemos a los principios de los fundadores de la patria, a la vocación de servicios, al compromiso social, a privilegiar el talento, la condición humana del actor político y condenar la traición y la práctica mercantil del ejercicio político.
Es un asunto de resultado, la práctica partidaria de degradación nos ha sumido en un sociedad injusta y desigual, al tiempo de ocupar los primeros lugares en los peores renglones del hemisferio, según mediciones de instituciones como Latinobarómetro, en tema como la corrupción, la inseguridad ciudadana, educación básica, desempleo o salud.
Mediante la misma práctica no podemos esperar resultados diferentes. Cuando el traidor venga a tocar tu puerta échalo, no permita que te use para sus negocios y despropósitos. Es que nunca, un mal medio producirá un buen fin. Revisémonos Y AL QUE LE SIRVA EL SOMBRERO QUE SE LO PONGA.