Por: Francisco Portes /DELAZONAORIENTAL.NET
Actualmente, en el Congreso Nacional duerme el Ante Proyecto de Ley para la reforma de la Policía Nacional, a la espera de la voluntad de nuestros Legisladores; éste se encuentra en la misma situación que vivió la reforma de la Policía Técnica Judicial (PTJ), mediante la cual se pretendía maniatar al Cuerpo del Orden. Esperamos que el Legislador sea astuto y piense en el pueblo que tanto necesita de un salvaguarda, que entienda que lo mismo que le pasa a un ciudadano común, lo propio le puede pasar a él o a su familia, porque en estos momentos nadie está seguro, sin importar jerarquía.
No se puede fortalecer el Cuerpo del Monstruo, debilitando a su vez los brazos de sus captores y dominadores, sabido está, de sobra y huelga decirlo aquí que hay Poderes, ocultos y semi ocultos que están detrás del debilitamiento del accionar de nuestro Cuerpo Policial, queriendo menguar el rol preventivo y defensor de la Policía Nacional, porque mientras más angosto es el campo de acción de la P.N., más fácil penetran los gallinazos al seno se la sociedad; esta vez los carroñeros se morirán de hambre porque no encontrarán carnes putrefactas para su alimento.
Las funciones de la Policía Nacional están definidas en la Constitución o Ley Sustantiva de la Nación Dominicana, todo lo que se haga fuera de ésta es inconstitucional. El Poder Oscuro que anda planteando una reforma que limite el alcance policial es de alto peligro, porque tiene unos tentáculos envenenados y con una certeza infalible, tenemos que evitar una sociedad con los matices y perfiles del México de hoy, con la peligrosidad de El Salvador, por señalar sólo dos ejemplos. La Reforma debe ser para ampliar y no para constreñir la actuación y ejercicio de la P N.
El artículo 255 de la Constitución Dominicana dice: La Policía Nacional tiene como misión:
- Salvaguardar la seguridad ciudadana;
- Prevenir y controlar los delitos;
- Perseguir e investigar las infracciones penales, bajo la dirección legal de la autoridad competente; y
- Mantener el orden público para proteger el libre ejercicio de los derechos de las personas y la convivencia pacífica de conformidad con la Constitución y las leyes:
Para nadie es un secreto y si lo es, es a voces, que el narcotráfico penetra sus tentáculos en todos los estratos y esferas sociales y en los órganos del Poder Universal, incluyendo a los Estados como tales, porque mueven tantos recursos económicos que ninguna esfera está a salvo. El debilitamiento de la Policía Nacional ya empezó y hay que detenerlo, porque los resultados están ahí; un pueblo azotado por la delincuencia reincidente en la comisión de actos delictivos de los más espeluznantes, una sociedad secuestrada desde que el sol amenaza con su retiro, y, también bajo su radiante luz, porque saben que serán liberados con facilidad, sin importar la magnitud ni la modalidad de sus hechos.