REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
Un artículo publicado en la revista en línea FrontPage ha causando controversia en la última semana, porque los salafitas tienen planes de demoler las grandes pirámides de Egipto, como esfuerzo de exterminar a lo que ellos llaman: “símbolos del paganismo”.
El jeque suní de la Unidad Nacional y el Presidente de Bahrein, Abd al-Latif al-Mahmud, ha pedido al nuevo presidente de Egipto, Mohamed Morsi, que “destruya las pirámides y haga lo que Amr bin al-As no pudo conseguir”.
Amr, era un aliado de Mahoma, fundador del Islam, que invadió Egipto en el año 641 y comenzó a destruir los artefactos egipcios. Hay un debate histórico sobre la exactitud de esos informes, pero algunos historiadores señalan que los musulmanes de Amr bin al-As, siguiendo el mandato del califa Omar destruyeron la gran biblioteca de Alejandría, considerado como un centro de conocimiento para el mundo antiguo.
Sin embargo, no tenían la tecnología para destruir las estructuras piramidales grandes de la época. Sin embargo, la facción de los salafitas dicen que hoy en día ya hay maneras de hacer esto. Según un artículo del periódico Inglés Daily Mail, una sugerencia es desfigurar las pirámides, causando la destrucción total del pasado pagano de Egipto, que se inició bajo el reinado del primer conquistador musulmán del país.
“Gran parte de este odio es porque tradicionalmente, los musulmanes no se identifican con tal o cual cultura, nación o lengua sólo con el mundo islámico”, dice el artículo.
Este sentimiento se manifestó claramente cuando el ex líder de la Hermandad Musulmana, Mohamed Akef, dijo que “al diablo con Egipto”, lo que indica que los intereses de su país son secundarias al Islam.
La gran pregunta es si el actual presidente, elegido por la Hermandad Musulmana de Egipto, es “fiel” lo suficiente y dispuestos a completar el proceso de islamización, que comenzó en las manos del primer conquistador musulmán de Egipto. Especialmente cuando hay registros de que los egipcios están pidiendo salafitas Morsi expulsar a todos los chiíes y los bahá’ís de Egipto.
Para el historiador Daniel Pipes, la historia está repleta de ejemplos de musulmanes que destruyeron sus propiedades, ya que el profeta Mahoma, que derrocó al templo de la Kaaba Saudita, convirtiéndola en una mezquita. También hay informes de los musulmanes en la India medieval destruyendo templos de sus antepasados y los musulmanes contemporáneos que destruyen el patrimonio no islámico en Egipto, Irak, Israel, Malasia y Túnez.
Quizás el más famoso son las estatuas de Buda destruidas por los talibanes en Afganistán hace 10 años. En la actualidad, el Tribunal Penal Internacional considera que existe un posible “crimen de guerra” en curso, como los extremistas islámicos están destruyendo la histórica ciudad de Tombuctú, en Malí, en nombre del Islam. De acuerdo con los rebeldes, los templos contrarias a la sharia (ley islámica) como “fomentar la idolatría” y que contenga en sus tumbas interiores, antiguos líderes religiosos.