REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
WASHINGTON.- La demócrata Hillary Clinton llega al último mes de campaña presidencial todavía en busca de sacar una ventaja decisiva en las encuestas sobre el republicano Donald Trump, pese a los tropiezos continuos –muchos autoinfligidos– del magnate de los bienes raíces.
Después del primer debate, el cual las encuestas coinciden que Clinton dominó, la exsecretaria de Estado mantenía ayer una ventaja de 3.7% (44.3% frente a 40.6%) en el promedio de encuestas a nivel nacional que calcula Real Clear Politics.
Los candidatos de los partidos Libertario, Gary Johnson, y Verde, Jill Stein, se quedaban con 7.4% y 2.6%, respectivamente.
Pero, como se le recordó a EE.UU. en las presidenciales de 2000, cuando Albert Gore ganó el voto popular, pero perdió la elección, lo importante el 8 de noviembre es ganar suficientes estados para alcanzar la mayoría de los 538 votos del colegio electoral.
Pese a que los sondeos muestran a Clinton y Trump muy nivelados en los tres botines principales –Florida (29 votos), Pensilvania (20) y Ohio (18)–, los más recientes análisis sobre el colegio electoral, incluidos los del Centro de Asuntos Políticos de la Universidad de Virginia y FiveThirtyeight.com, colocan a la exsecretaria de Estado como favorita.
Tras el debate de la semana pasada, la pugna de Trump con la ex Miss Universo Alicia Machado y la revelación de que el magnate de los bienes raíces pudo no haber pagado contribuciones federales en dos décadas, Clinton ha mejorado.
El analista de FiveThirtyEight, Nate Silver, considera, por ejemplo, que hay un 72.8% de probabilidades de que Clinton sea elegida en noviembre, un 5% más alto que su estimado del pasado fin de semana.
“En estos momentos, las encuestas predicen una elección cerrada, por lo que los resultados pueden afectarse simplemente por un evento inesperado, como un ataque terrorista”, indicó Angelo Falcón, puertorriqueño que preside el Instituto de Política Pública Latina.
Con suficientes fondos para financiar sus campañas, Falcón señaló que la gran estructura política y de campo que tiene Clinton es contrarrestada con el poder de Trump para llamar la atención de los medios.
En los últimos días, sin embargo, Trump ha quedado otra vez empantanado en discusiones que cuestionan su temperamento.
Para estrategas republicanos ha sido otro ejemplo de como Trump, impredecible y falto de profundidad en las discusiones sobre política pública, se desvía fácilmente del mensaje de su campaña.
Por ejemplo, aluden a cómo ni en el debate ni en los últimos días ha podido acentuar la discusión en torno a la percepción del ciudadano de a pie sobre la situación económica o la investigación que hiciera el FBI sobre Clinton por utilizar un servidor privado de correos electrónicos para sus mensajes oficiales en el Departamento de Estado.
Alfonso Aguilar, presidente de la Alianza Latina Conservadora, sostuvo que mientras Trump siguió los lineamientos de sus estrategas de campaña, después de la convención republicana subió en las encuestas. Pero, tras el debate, en el que “se vio sin sustancia y perdiendo los estribos ante cada trampa que le ponía Clinton”, volvió a descontrolarse.
“Los debates –el próximo es el domingo– van a definir en gran parte la elección. Mucha gente va a terminar votando por Hillary no porque les guste como candidata o sus planteamientos, sino por miedo o disgusto con Trump”, dijo el boricua Aguilar, quien apoyó pero luego le retiró su endoso al candidato republicano debido a su retórica antiinmigrante.
De cara a noviembre, para Clinton será clave movilizar a los electores latinos, negros y mujeres. Trump necesita