REDACCIÓN DELAZONAORIENTAL.NET
Un bebé que nace antes del tiempo de gestación o con muy poco peso necesita algunos cuidados extras y mayor atención. Entre los muchísimos avances que se dieron al respecto, uno de los más reconocidos por los médicos especialistas y por las instituciones médicas es sacarlos de las incubadoras y ponerlos piel a piel con sus mamás y papás el mayor tiempo posible.
La lista de beneficios para el bebé y para la madre es inmensa: el contacto piel a piel mejora la regulación de la temperatura del bebé, la oxigenación de su sangre y su respiración, al mismo tiempo que estabiliza su frecuencia cardíaca. Además, estimula la iniciación y el mantenimiento de la lactancia materna.
La técnica que se alienta, llamada de contacto piel a piel (Copap), es muy sencilla y, fundamentalmente, busca reproducir una situación natural y, según un estudio realizado en el Hospital Municipal Materno-Infantil “Ramón Sardá”, este método puede ser implementado en prematuros extremos.
Consiste en colocar al bebé sobre el pecho descubierto de su mamá o su papá, favoreciendo el contacto entre la piel de ambos, tantas veces como los padres quieran (y puedan) realizarlo durante el día: una o varias veces.
Desde ya que para poder implementar este tipo de contacto es necesario que médicos y enfermeras estén de acuerdo en que el bebé se encuentra estable fisiológicamente como para poder salir de la incubadora sin correr riesgos.
Con ese visto bueno, lo que se busca es que la mamá o el papá se encuentre cómodamente sentado –en un sillón o una reposera con apoyabrazos–, vestido con una remera o camisa con botones que permita deslizar al bebé dentro de la misma para lograr el buscado contacto con la piel.
El bebé, por su parte, debe llevar pañal y gorro, para favorecer así una mayor superficie corporal de contacto, quien lo sostendrá con su antebrazo para que el pequeño recueste su cuerpo sobre el pecho en posición tal que su mirada conecte con la de su mamá o su papá.
Una hora, cuando menos, es el lapso de duración recomendado para el contacto piel a piel, ya que ese es el tiempo necesario para que el pequeño pueda estabilizar sus parámetros fisiológicos, pudiendo obtener entonces los beneficios que esta técnica ofrece.
De todos los beneficios que el Copap ha demostrado proveer al recién nacido antes de tiempo o con muy bajo peso, hay uno que no puede ser provisto por ningún tratamiento médico, y que es favorecer el desarrollo psico-emocional del bebé a partir de los distintos estímulos (táctiles, auditivos y propioceptivos) que recibe estando en contacto con su mamá.
Otros beneficios para la salud del bebé prematuro que han sido verificados a través de distintos estudios clínicos es que mantiene más estables sus niveles de glucemia (azúcar en sangre), estabiliza su presión arterial, reduce las hormonas del estrés como el cortisol (lo cual permite al bebé calmarse con mayor facilidad y reducir el llanto), mejora el descanso y el sueño, evita la hipotermia, promueve el inicio precoz de la lactancia materna y favorece el crecimiento (el punto fundamental en esta etapa).
También hay un impacto positivo en la relación padres-hijo, que no es abordado por ninguna otra intervención médica. Un análisis muy preciso demuestra que entre los bebés que existe este contacto piel a piel durante su internación hay una menor frecuencia de infecciones intrahospitalarias y de enfermedades respiratorias bajas.
Para los padres, la posibilidad de participar del cuidado de su hijo a través de esta intervención también reporta beneficios. En las madres que han llevado adelante el contacto piel a piel se han observado menores tasas de depresión posparto, mayor seguridad y confianza en la capacidad para cuidar de sus hijos.
Así como también el hecho de que sonríen, abrazan y los acarician más, todo lo que confluye en ayudar a establecer una buena base afectiva madre-hijo. Esto tiene una explicación fisiológica: el Copap estimula la secreción de una hormona llamada oxitocina y apodada “hormona del apego”, pues aumenta los sentimientos maternales.
Esto vale tanto para las madres como para los padres. Un estudio reciente muestra que hay un aumento de la producción de oxitocina pero también una disminución del cortisol, lo que se traduce en un un menor estrés. Al mismo tiempo, el contacto piel a piel estimula, en el caso de las madres, la secreción de otra hormonas –la prolactina–, que incrementa la producción de leche materna, favoreciendo el inicio y el mantenimiento de la lactancia.
También es una suerte de bálsamo para los padres a los que la llegada antes de tiempo del hijo los enfrenta con una avalancha de sentimientos muy difíciles de manejar, como la angustia que les genera el hecho de irse con los brazos vacías a sus casas, dejando a su hijo recién nacido en la unidad de neonatología.
Otro de los puntos que sucede en estos casos es que la ilusión de la espera del hijo se trastoca rápidamente ante el nacimiento de un bebé pematuro que, pequeño y frágil, es muy diferente a aquel que se imaginaron incluso desde antes de su gestación. En este aspecto el rol del equipo de Salud Mental es muy importante, detectando precozmente signos de estrés o depresión en madres y/o padres e interviniendo oportunamente si es necesario.
Por los doctores Miguel Larguia, presidente de la fundación FunLargia, y con el Dr. Claudio Solana, médico neonatologo del Hospital Materno Infantil Ramón Sarda, para Huggies