REDACCION DELAZONAORIENTAL.NET
Ninguna madre o padre tiene que ser un especialista en el desarrollo infantil para asegurarle a su pequeño un excelente comienzo en la vida. Los estudios más recientes confirman lo que hemos sabido instintivamente desde los tiempos más remotos: nuestro amor, atención, y algunos cuidados básicos son todo lo que el bebé verdaderamente necesita y quiere. Para ayudarle a tu hijito a alcanzar todo su potencial, sigue los siguientes ocho pasos.
1. Demuéstrale tu amor
Los niños necesitan afecto. La atención y el apoyo emocional que le brindes a tu bebé le proporcionarán una base firme desde la cual podrá explorar mejor su mundo. Y no creas que este consejo va dirigido únicamente a los más sensibles, hoy en día no faltan pruebas científicas de que el amor, la atención y el cariño que los bebés reciben durante sus primeros años de vida tienen un impacto directo y calculable sobre su crecimiento físico, mental y emocional.
El amor y el contacto físico que les brindamos a través de nuestras caricias y tacto, de hecho hacen que el cerebro del bebé crezca, según la neurocientífica de la Universidad de California en Berkeley Marian Diamond, autora de un libro acerca de lo que podemos hacer como padres para alimentar la inteligencia, creatividad y bienestar emocional de nuestros hijos, cuyo título en inglés es Magic Trees of the Mind: How to Nurture Your Child’s Intelligence, Creativity, and Healthy Emotions From Birth Through Adolescence (Árboles mágicos de la mente: cómo estimular la inteligencia, creatividad y emociones saludables de tu hijo desde el nacimiento hasta la adolescencia).
¿Y cómo puedes mostrarle tu amor? Abrazándolo, acariciándolo, sonriéndole, alentándolo, escuchándole y jugando con tu hijito lo más posible. También es importante responder inmediatamente a su llanto, sobre todo durante los primeros seis meses de vida, cuando los expertos nos aseguran que es imposible malcriar a los niños. En realidad, cada vez que respondes al llanto de tu bebé (y también a sus sonrisitas) le ayudas a confiar más y más en ti, y a construir un fuerte vínculo entre ustedes, según la organización no lucrativa Zero to Three, la cual tiene como objetivo mejorar la vida de los bebés, niños y familias.
2. Atiende sus necesidades básicas
Tu bebé necesita una enorme cantidad de salud y energía para todo lo que tiene que crecer y aprender, y tú puedes ayudarle cuidando de sus necesidades básicas. Llévalo al doctor para todos sus chequeos de rutina aunque esté sano, y mantén al día su calendario de vacunación.
Para tu bebé el sueño es asunto serio, por eso debes ayudarlo a dormir todo lo que necesita. Durante la fase del sueño de movimiento ocular rápido, o MOR (en inglés REM, Rapid Eye Movement), las células cerebrales de tu bebé trabajan en la formación de conexiones importantes. Estas sinapsis, como les llaman, son los senderos a través de los cuales circula todo tipo de aprendizaje, movimiento y pensamientos. Son la clave para la comprensión de todo lo que el bebé observa, escucha, saborea, toca y huele a medida que va explorando el mundo.
La leche materna o de fórmula le proporcionará a tu bebé todas las sustancias nutritivas que necesita durante sus primeros seis meses de vida, y seguirá siendo una parte importante de su dieta hasta su primer cumpleaños. La leche de pecho es sin duda lo mejor para tu bebé, entre otros beneficios, los estudios comprueban que los bebés que maman tienen menos alergias, diarrea, problemas respiratorios e infecciones en los oídos. La leche materna también podría aumentar el coeficiente intelectual de tu niño. Aunque la leche de fórmula no es capaz de reproducir todas las propiedades de la leche materna, los bebés que la reciben también pueden crecer sanos, o sea que no te culpes si no te es posible amamantar.
(Si algo te preocupa en la manera como duerme o se alimenta tu bebé, habla con tu doctor.)
También es importante que te asegures de que el bebé esté siempre cómodo. Cuida que no esté demasiado arropado o tenga mojado el pañal. Tu bebé y tú forman un equipo, y una de tus funciones como mamá es cuidar de sus necesidades básicas, ¡para que él pueda concentrase en vencer otros desafíos!
3. Háblale a tu bebito
Los estudios indican que los niños cuyos padres más les hablaron durante la infancia tienen coeficientes intelectuales significativamente más elevados y vocabularios más amplios que los niños que no recibieron mucha estimulación verbal. Y nunca es demasiado temprano para empezar, puedes hablarle a tu bebé mientras aún está en tu vientre y comenzar a poner en marcha la formación de su vínculo emocional contigo antes de que nazca.
Una vez que le des la bienvenida a este mundo, háblale mientras le cambias el pañal, lo alimentas y lo bañas. Tu bebito responderá aún mejor si se da cuenta de que tus palabras van dirigidas hacia él, o sea que procura mirarle directamente a los ojos y sonreírle mientras le hablas. Tus palabras no tienen que ser sabios consejos, sino que basta con que le describas lo que estás haciendo: “Mami está llenando la tina de agüita templada para que te bañemos y juguemos con el agua”. Cuanto más a menudo le hables, más le ayudarás a desarrollar su lenguaje.
4. Léele a tu niño
Una de las cosas más importantes que puedes hacer para ayudar a tu hijito a incrementar su vocabulario, estimular su imaginación y mejorar su comunicación es leerle en voz alta. Además, con la excusa de leerle un cuento entretenido puedes sentarte a su lado y llenarlo de besos y abrazos sin que proteste.
Jim Trelease, un perito en lectura y autor del libro sobre cómo leerle en voz alta a tu niño The Read-Aloud Handbook, dice que hasta a los recién nacidos les encanta escuchar cuentos. ¿Y cómo no, si la voz de mamá es música para sus oídos? O sea que acostúmbrate a leerle a tu pequeño desde el primer día.
5. Estimula todos sus sentidos
Para que tu niñito pueda aprender acerca de las personas, los lugares y las cosas a su alrededor tienes que darle la oportunidad de experimentarlas. A cada nuevo contacto e interacción, tu pequeño absorbe información acerca del mundo que lo rodea y el lugar que en él ocupa. Los estudios demuestran que los niños criados en ambientes ricos en nuevas experiencias tienen cerebros más grandes y más activos que los que crecen faltos de estímulos sensoriales adecuados.
Por supuesto que tampoco se trata de estimularlo en exceso, bombardeándolo 24 horas al día con actividades o tratando de despertar todos sus sentidos a la vez. Pero cuando notes que quiere jugar o demuestra interés por algo, proporciónale una variedad de juguetes y otros objetos. Elije artefactos de diferentes formas, texturas, colores, sonidos y pesos. Aprende acerca de los efectos de la música en el desarrollo de tu niño según su edad, y cántale tus canciones de cuna favoritas. Juega a las escondidas, a hacer palmitas y otras actividades interactivas, llévalo de paseo y de compras, y permite que tu bebé conozca a personas diferentes. Hasta las actividades diarias más sencillas le servirán de estimulación para su desarrollo cerebral.
También es importante que tu niño tenga espacio físico para voltearse, gatear, ejercitar su equilibrio y coordinación, desarrollar músculos fuertes y empezar a caminar. Lo ideal es que tenga espacios seguros donde pueda explorar con libertad sin que tengas que decirle “no” y “no toques eso” constantemente. La manera más fácil de proporcionárselos es transformando tu hogar en un entorno seguro para niños (o al menos haciéndolo en las áreas que más frecuente). Mantén los objetos peligrosos fuera del alcance de tu niño, y a la vez permítele acceso a los que pueda manosear sin riesgo. Por ejemplo, en la cocina, coloca candados a prueba de niños en todos los gabinetes menos uno, en el que dejarás recipientes y objetos de plástico, cucharas de palo, y cacerolas con las que tu bebé pueda jugar sin hacerse daño.
6. Aliéntalo a vencer nuevos desafíos
Es importante no frustrar a tu niño con juguetes y actividades demasiado difíciles para él; sin embargo, la justa medida de dificultad representa un desafío esencial para su desarrollo. Cuando le cuesta un poco realizar alguna actividad, se ve obligado a descubrir una nueva manera de hacerla. Esa búsqueda de soluciones es precisamente lo que nos hace más inteligentes. Si tu niño está tratando de abrir una caja, resístete a ayudarle y permítele que primero lo intente él solito. Si sigue teniendo dificultades, muéstrale cómo se hace y luego devuélvele la caja cerrada para que pueda probarlo él.
7. Cuídate a ti misma
Cuando los padres están molestos o deprimidos les es muy difícil responder con rapidez y sensibilidad a las necesidades de sus hijos. Un estudio dado a conocer en la publicación periódica de psicopatología y desarrollo infantil Child Development and Psychopathology, encontró que los niños cuyas madres sufrían de depresión crónica o clínica tenían patrones anormales de actividad cerebral, sugiriendo que estos niños también padecían de depresión. Por eso es tan importante que busques ayuda si crees que puedas tener depresión posparto, y que hables con tu médico o proveedor de atención médica si piensas que puedes estar pasando por alguna forma de depresión.
Si el problema es el agotamiento físico, busca maneras de dividir las tareas domésticas y otras responsabilidades con tu pareja. Si eres una mamá soltera, arrímate a personas que puedan ofrecerte ayuda y apoyo. Y no olvides que de vez en cuando necesitas darte un poquito de atención a ti misma y permitirte unos momentos de paz y tranquilidad. Ser madre — sobre todo ser una madre atenta y participante — es muy fatigoso, y necesitas tiempo para recuperarte y reorganizarte.
8. Busca una guardería o niñera de confianza
Si trabajas y no puedes estar con tu bebé durante el día (o necesitas una niñera con frecuencia), es esencial para el desarrollo de tu bebé que busques a una persona de confianza y cualificada para cuidarlo. Lo ideal es que encuentres a alguien que pueda hacer por tu bebé todo lo que tú harías (y todo lo que hemos mencionado anteriormente). Ya sea que al bebé lo cuide una abuelita, una niñera, o la profesora de la guardería, la persona a cargo de su cuidado debe tener una buena reputación y experiencia, energía suficiente para ayudarlo en su desarrollo y más que nada, amor verdadero por los niños.
FUENTE: BABYCENTER.COM